La espuma de la luz. En algún lugar se compone la sinfonía y se ejecuta con puntualidad de pájaro. Una esfera y otra se corren y dan recados elocuentes.
Una idea, con sus mil puntas, como una estrella da a luz, alumbra la inmensidad de las ideas: alumbra seres y cosas sensibles. Parten todos los barcos llamados a mar abierto, a la balanza de las aguas.
Se abre la oscuridad a la miríada de pensamientos y sueños que cruzan la noche: aquí está todo, aquí están todos los que son, y fueron y han de ser.
En los cruces de caminos se paran gentes a comentar el rumbo, el sentido; y luego callan. Al final cada cual sigue su camino guiado por una piedra, un palo seco que dejó un surco en el polvo.
Acabaremos en el polvo, pudimos ser un charco, una gota que acoge un punto de luz: la espuma de la luz.
