El pasaje (1:14), del Evangelio de Juan, sobre la palabra hecha carne, es bien conocido. Muchas personas creen que apunta a ciertos eventos del pasado, quizás muy lejanos. Sin embargo, no vamos a analizar estos puntos de vista aquí. En cambio, intentaremos mostrar cómo este texto tiene relevancia para nuestra realidad actual; en la vida de la gente moderna.
Tomemos como ejemplo la revista Logon. En realidad, podríamos usar varios otros ejemplos para ilustrar esta idea, como algunos sitios web, un par de otras revistas o incluso redes sociales, pero Logon parece muy adecuado para nuestros propósitos.
Uno puede preguntarse si Logon realmente tiene un propósito específico en su actividad. Posiblemente, y hasta cierto punto, muchas personas encuentren en ella textos interesantes. También es cierto que contiene textos que al lector medio le pueden resultar difíciles de entender. Su temática es tan diversa o abstracta que no es fácil captar algún mensaje general claro u obvio. Entonces, ¿es posible encontrar un sentido más profundo en las actividades de Logon?
Intentaremos explicarlo refiriéndonos a la técnica del divisionismo, una técnica creada por los pintores impresionistas, y desarrollada por los post-impresionistas. Su principal característica era aplicar pinturas en manchas de colores ‘puros’, de tal manera que, al observarlas a distancia, sus combinaciones den al ojo la impresión de ver los colores complementarios, o los matices deseados por el pintor. De esta manera, el artista intentaba crear un efecto visual de vivacidad y luminosidad que no se podía obtener con las prácticas normales aceptadas de, simplemente, mezclar colores.
Por lo tanto, si observamos de cerca las obras pintadas con este método, básicamente solo vemos una colección caótica de manchas multicolores. Solo observando estas obras desde la distancia, podemos percibir con mayor claridad la imagen deseada.
Entonces, tratemos ahora Logon como tal imagen, y mirémoslo desde diferentes perspectivas.
¿Cómo debemos elegir la distancia correcta? En primer lugar, imaginemos que cada artículo es solo una mancha en una composición multicolor que se está creando. Al principio, todavía no está claro cuál será su forma final y, algunas ‘manchas’, pueden parecer fallidas, o que no posean colores agradables. Otros no parecen coincidir o encajar en la composición.
¿Qué podría ser esta composición creada por Logon? ¿No es solo una colección aleatoria de impresiones personales, ideas e información que acaba de aparecer en la mente de alguien? Por supuesto, pero eso no significa que, de esta manera, no surja algo significativo. Así que vamos a tratar de encontrar algún sentido a esto.
Cada artículo, escrito por una persona individual, es hasta cierto punto una expresión del estado de ser, de conciencia y de vida de esa persona. Por lo tanto, se podría sacar la conclusión de que Logon, en cierta manera, expresa el estado de conciencia de una cierta comunidad multifacética de personas. Todos los autores intentan transmitir, de forma más o menos consciente, lo que entienden interiormente, utilizando sus propias informaciones y educación para retratar estas ideas.
Por lo tanto, Logon puede verse como una expresión de interpretaciones individuales de la información recibida por los autores. A veces, estos mensajes son individualmente únicos, pero a veces la misma idea es el enfoque, solo que expresado de manera diferente, ya que es fácil entender que la misma información se puede expresar de diversas formas, así como los artistas pueden pintar el cielo o el mismo paisaje en su propia y única manera.
¿Cómo podemos saber realmente si se nos están transmitiendo mensajes? Parece que la gente siempre ha sentido la existencia de una corriente de impulsos que dirigen el funcionamiento del mundo y le ha dado nombres tales como ‘Palabra de Dios’, ‘Destino’, ‘Providencia’, el ‘Plan del Logos’. A veces también se los denomina «azar ciego», «cálculo de probabilidad», «leyes de la física», «principio de la selección natural» o «evolución».
Los expertos modernos en teoría de la información y los genetistas, tienden a creer que la cantidad de información contenida en las estructuras genéticas que se ha identificado hasta ahora, todavía no es suficiente para codificar toda la complejidad de los organismos vivos. Pero también hay una gran variedad de experiencias emocionales y mentales que se limiten solo a los humanos. Por lo tanto, es lógico que exista otra fuente de información que influya en el desarrollo y sustentabilidad de la vida en la Tierra. Los genes, por ejemplo, pueden verse como elementos de una manifestación material de esa fuente; como el medio por el que “el Verbo se hace carne”.
Desde el nacimiento, todos los seres humanos están invitados a colaborar con estos impulsos, conocidos como Gnosis que, en esencia, significa la cognición del conocimiento correcto. Parte de este conocimiento nos llega de varias formas: a través del contacto y la comunicación con otras personas, viendo películas, leyendo libros o artículos en Logon, por ejemplo. Pero también puede venir de nuestro interior, en forma de perspicacia, intuición, inspiración, que parecen aparecer en nosotros cuando estamos preparados para recibirlos. Las personas perciben este conocimiento interior de diferentes maneras y reaccionan de acuerdo con su propio estado de vida; como si estuvieran en diferentes niveles, por así decirlo.
¿Existe una forma correcta de responder a tales impulsos? Sí, pero puede ser diferente para cada uno de nosotros, ya que depende de la naturaleza exacta de la información que debe enraizar en nosotros para obtener formas mentales y emocionales más concretas. Porque es en nosotros donde esta información, la Palabra, se hace carne, tomando formas más reales y perceptibles. Puede expresarse a través de varios tipos de arte, descubrimientos científicos o incluso en forma de actividad física. Por ejemplo, de acuerdo con su propia tradición, algunas tribus de pueblos indígenas de Australia deambulaban periódicamente por rutas bien definidas. De esta manera expresaron su intenso contacto con estos impulsos, personificándolos, es decir, haciéndolos reales para ellos mismos y para los demás.
Pero volvamos a Logon y veámosla desde una posición más objetiva; desde una mayor distancia. Debido a que las ‘motas’ por sí solas, incluso todas juntas y perfectamente compuestas, aún no crean un cuadro, hace falta una mente que mire toda la composición y pueda producir, en sí misma, la impresión deseada. Y no será solo una colección de percepciones de artículos individuales y sus interrelaciones, sino una impresión más amplia, más compleja y más profunda, llena de vitalidad y luminosidad, como en la aplicación de la técnica del divisionismo.
Esta mente observadora es creada por los lectores de los artículos. Cada uno de ellos contribuye a la creación de la imagen adecuada de una manera muy individual. El impacto de esta imagen en las personas, percibida intuitivamente por muchos, aumenta con cada nueva «mota» y con cada nueva percepción añadida de las «motas» ya existentes. Y afectará a la humanidad en su conjunto, cambiando la naturaleza de nuestro mundo, como ha sucedido muchas veces a lo largo de la historia. También afectará a los individuos, motivándolos internamente a buscar la Verdad y aumentando su nivel de comprensión de lo que sucede a su alrededor.
Así, a través de las personas, el Verbo se hace carne y habita entre nosotros. Podemos ver Su gloria en la medida en que lo permita nuestra capacidad de percibir el conocimiento que Él lleva. Esta capacidad depende del grado en que nuestra facultad mental esté libre de estereotipos personales, familiares y culturales. También depende de cuán completo es nuestro pensamiento y de si se ha elevado a un nivel adecuado de percepción, porque solo así podremos ver la Palabra en su forma más plena; solo entonces podremos ver más claramente su gloria, la gloria que el Unigénito recibe del Padre, lleno de Gracia y de Verdad.
