Si fueses guaraní

La capacidad de abstracción del pueblo guaraní va en contra de la idea del salvajismo que a menudo se atribuye a los pueblos indígenas.

Si fueses guaraní

Imagínese formar parte de un grupo de 897.000 personas que sabe mucho más de la historia de su territorio que los otros 207 millones que también viven en él. Imagine que no descienda de europeos, africanos o asiáticos, sino que venga de la Tradición de la Luna. ¡Trate de imaginar qué tipo de comportamiento habría que esperar de usted si descubriese que pertenece a esa tradición!

Considere que sus ancestros han estado circulando por esta tierra al menos 12.000 años, sin tal vez haber cruzado nunca los océanos. Las historias que usted sabe sobre su pueblo y la tierra donde vive fueron contadas por quien las oyó contar, pasando de boca en boca. Usted es fruto de las elecciones y descubrimientos de los antepasados que no tuvieron acceso a lo que se pensaba al otro lado del mundo, y así crearon, descubrieron o inventaron su propia forma de alimentarse, protegerse, convivir y relacionarse con lo divino. Vamos a reducir el enfoque: si usted es de la Tradición de la Luna, puede muy bien ser uno de los 146.000 tupí-guaraníes, el mayor tronco lingüístico indígena de Brasil.

De los cientos de etnias que poblaron América del Sur en miles de años, en Brasil destacan principalmente los guaraníes y los Tupinambos, cada cual con sus rasgos específicos. En algún momento histórico, hubo una escisión entre ellos, quedando los Tupinambos apoyados en una filosofía más guerrera y los guaraníes más enfocados en prácticas devocionales. Los Tupinambos siguieron la Tradición del Sol; eran guerreros, viajeros, navegantes, expansionistas. Cruzaron Brasil dejando rastros de su cultura y de su lengua. Desarrollaron el arte de la conquista a través de la batalla, la caza y la agricultura. Crearon su medicina a partir del control de los espíritus de la naturaleza, y manejaron lluvias, plantas y el cultivo. Al contrario de eso, el pueblo tupí-guaraní siguió la Tradición de la Luna y tejió un conocimiento enfocado hacia el interior de la Tierra y de sí mismo. Sus antepasados desarrollaron la medicina del sueño, de la reflexión, de la filosofía y del arte. Buscaron aprender de los espíritus de la naturaleza los fundamentos de la existencia, desarrollando su espiritualidad con gran refinamiento.

La capacidad de abstracción del pueblo guaraní contradice la idea de salvajismo que a menudo se atribuye a los indígenas. Los salvajes no tendrían un libro de cantos milenarios como el ayvu-rapyta, que significa «los fundamentos del ser», con el poder de amansar el Trueno y el Viento, o el Alma y la Mente.

Para los guaraníes, orar es estar orientado hacia arriba, integrado con el cielo y la Tierra, para lo que es necesario dedicarse al conocimiento interior y a la expresión de la devoción, del fervor sagrado, mediante la oración, la danza y el canto.

 

Nuestro Padre, el Gran Misterio, el primero

antes de haber creado por sí mismo,

en el curso de su evolución,

su futura morada,

se sostuvo en el Vacío.

 

Antes de que hubiera Sol

existía por el reflejo de su propio corazón

e hizo uso del Sol dentro de su propia divinidad.

Con la dedicación y la actividad de los cantos, los tupi-guaraníes pueden obtener el onhemonkandire, que significa encontrar el camino a la inmortalidad sin pasar por la muerte física. Si dijésemos que hay semejanza de la onhemonkandire con concepciones de otras culturas, ¿lo creería?

El Vía Crucis de los cristianos, por ejemplo, es el camino que conduce a la muerte y resurrección a la vida eterna. Es notorio que, al igual que el pueblo guaraní, muchos otros se hayan preocupado por la cuestión de la vida eterna. Más notorio aún es que usted haya vislumbrado la posibilidad de una «resurrección» aún en esta vida: la muerte del viejo «yo» y el renacimiento del ser inmortal.

Quizás el misterioso vínculo que une a todos los pueblos del mundo sea la percepción diaria del amanecer y del ocaso del Sol, de la serenidad de la Luna, capaz de iluminar las veredas en medio de la oscuridad. Estas luminarias le han enseñado a usted y a los Tupinambos diferentes maneras de sentir el mundo e interactuar con él.

Imaginamos que ustedes podrían haberse separado de los Tupinambos justamente para que el conocimiento del camino interior fuera preservado… Así, mientras los Tupinambos se expusieron, lucharon y fueron prácticamente diezmados, el pueblo guaraní pudo nutrir y llevar consigo todo el conocimiento místico forjado en el interior de los bosques.

Querido amigo, si descubriera el camino de los guaraníes, tal vez podría encontrar explicaciones para mucho de lo que pasa en su interior, la herencia subterránea de un inconsciente primitivo y de una fuerte espiritualidad.

 

 

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Fecha: junio 3, 2018
Autor: Logon collaborators

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