Para que una persona se transforme en un ser en armonía con el plan original de Dios, debe volverse absolutamente silencioso en su corazón, mente y acciones.
El alma del hombre recibió dos manos: la izquierda debía extenderse arriba hacia el Espíritu, y la derecha, mantenida hacia abajo, debía bendecir la tierra.
Es innegable que existe un gran anhelo de nuevos valores en el turbulento periodo de transición actual. Ese anhelo parece fortalecerse a medida que se hace evidente la bancarrota de la vieja cultura
Para que una persona se transforme en un ser en armonía con el plan original de Dios, debe volverse absolutamente silencioso en su corazón, mente y acciones....